Abanico Musical: UNDER THE BRIDGE - RED HOT CHILI PEPPERS

De izquierda a derecha: Flea (bajo), Anthony Kiedis (voz), John Frusciante (guitarra y coros) y Chad Smith (batería), miembros de la formación más popular de la banda

"Bajo el puente donde derramé algo de sangre,

donde no pude obtener suficiente,

donde me olvidé de mi amor,

donde eché a perder mi vida"

Así recordaba el cantante de los Red Hot Chili Peppers, Anthony Kiedis, una triste historia de juventud marcada por una oscura y tendenciosa California de los noventa sumida en la explosión de la heroína. No una historia alentadora, pero sí icono de esta banda de funk-rock que se estrenó en los 80' y alcanzó una enorme audiencia con este hit en 1992. Unos debutantes Chad Smith y John Frusciante -a la batería y a la guitarra respectivamente, sustituyendo al retirado Jack Irons y al fallecido Hillel Slovak- y un disco agresivo y obsceno a la par que emotivo como lo fue Blood Sugar Sex Magik (1991) fueron puntos claves para cambiauno der de escenario a este grupo, considerado hoy en día uno de los padres del funk alternativo popular.

El single, el segundo de este disco, es considerado el más exitoso del grupo, que alcanzó el puesto número 2 de la lista 100 de Billboard y cuyo vídeo ganó el MTV Music Award. El álbum estuvo en las listas Billboard hasta 14 meses consecutivos, fue multiplatino en varias ocasiones y es actualmente el segundo disco más vendido de la banda, por detrás de Californication (1999).

Su historia

A menudo las canciones brillantes proceden de la expresión de la tristeza. Ya lo hemos visto en Creep y ahora le toca el turno a otra joya de los 90'.
Esta vez nos vamos a la otra punta del Atlántico, en Downtown, centro de California. Kiedis y su mejor amigo, Slovak, guitarrista original de la banda, son grandes amigos de las recién descubiertas drogas de los 90'. La alegría no perdura: el 28 de junio de 1988, Slovak fallece de sobredosis.
Kiedis, incapaz de asistir si quiera al funeral debido al shock y a la depresión, desapareció durante dos meses en los que vagó por todo México pensando en lo ocurrido. Dos años más tarde, aún atormentado, acude como invitado de sus malas compañías, ex-convictos, criminales y miembros de bandas, al encuentro bajo el puente de Downtown de los mejores camellos y sus mejores drogas. Es esta imagen, con todo el cúmulo de sentimientos que se arremolinan en torno a ese momento de su vida, el que le inspira para escribir. Más tarde, decidió componer un poema en su coche plasmando todo aquello en lo que había reflexionado: la soledad sin su amigo; la nostalgia; lo ocurrido aquel día; todo lo que, en definitiva, aquel puente se llevó con él, lo que quería de vuelta. Aquel poema se convirtió en lo que hoy en día es la canción simbólica de la banda por excelencia.

"He sido un yonki por muchos años, y he encontrado que mi vida ha sido muy triste durante largo tiempo. Todo lo que podía ser bonito o 'sagrado' para mí empezó a ser horrible (...) Por suerte, llevo limpio tres años y mi vida ha sufrido muchos cambios, y todo lo que me parecía hermoso ha vuelto a mí (...) Durante ese tiempo, parte de lo que puedo recordar es una sensación de profunda soledad, algo con lo que creo que cualquier adicto a las drogas puede sentirse identificado; de vacío que intentas llenar con lo que sea que puedas encontrar, lo que en mi caso fueron las drogas. Sentirme así de solo, me hizo recordar ese punto de mi vida. Sentía que estaba solo tanto espiritualmente como emocionalmente, así que empecé a cantar para mí mismo sin pensar en nada, y entonces la canción completa me vino a la cabeza. La escribí (...)". Así relata el propio Kiedis parte de la historia de la canción en un documental (Funky Monks, 1991) que puedes ver aquí (audio original en inglés).

Por suerte, todo periodo oscuro trae un pequeño rayo de luz: Kiedis y Flea, el bajista, dejaron las drogas; el single y, en conjunto, el álbum completo, así como sus nuevos integrantes, trajeron a los Red Hot Chili Peppers una nueva etapa de prosperidad que los consagró como la gran banda que siguen siendo hasta ahora.

Si quieres ver el vídeo oficial, dirigido por Gus Van Sant y ganador de un MTV Music Award: